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domingo, 8 de agosto de 2010

Maraton y Ginkana





1 de Agosto del 2010

Faltan dos días para irme, no me sale nada que escribir, ya llevo varios días con un sabor agridulce el día de vuelta ya llega y la responsabilidad te dice que podría hacer muchas cosas productivas aquí (materialmente hablando) , aunque ya he dicho varias veces que lo mejor que aportamos en la comunidad es nuestro amor, si es cierto que si crearamos un par de empresas que le dieran mas recursos y asi tener cierta "estabilidad e independencia de las siempre bienvenidas donaciones" economica no vendria nada mal, creo que ese seria un buen proyecto a desarrollar aquí, hay mucho potencial y pienso que el mercado de Perú esta en un buen momento para conseguir algo interesante (to se andará).

Ha sido un día grande, la felicidad con la que los chicos participaban en la Ginkana, jugaban y gritaban en la prueba de soga tira, nunca pensé que pudiera salir de ellos tanta emoción, tan grande que se te mete en el pecho, esos pequeños de la casa Cesar Vallejo saltando de emoción.
O cuando en la carrera de sacos el equipo amarillo ganó, la cara de Jorge Luis un niño de 6 años era espectacular. A el lo estuve llevando muchos días a la clínica, incluso cuando ya no tenia nada, me decía profezor Herminio me duele aquí o allí, para ellos venir a la clínica conmigo era algo muy divertido íbamos cantando el bugui bugui por el camino, es una canción que les enseño mis gemelitas Marta y Belén dos maravillosas voluntarias tan especiales para mi y para ellos, luego los sentaba en orden y prácticamente estaba todo el rato rasgañandoles para que no hicieran ruido en la clínica, así que no se que parte es la que mas le gustaba, al principio solo venían 3 o 4 pero luego llego un momento que llevaba a 15 y tardábamos mas de 2 horas en que los vieran a todos, tenia a 12 para darle medicinas, nada mas que en repartir las medicinas tardaba mas de 30 minutos en cada comida, es increíble la revolución que hay con el medico, algunos me decian que si era doctor, había uno Pascual, que hasta se rascaba la pupa que tenia en la oreja para que le sangrara, la tutora me decía que era para que lo siguiera llevando al medico, y la verdad a cualquiera le podías llevar que seguro que algo que tratar encontraba el medico.
Aunque me quede cosas sin hacer siento el haber hecho un buen trabajo, ni mi físico ni mi psiquico daba para más, gracias Belén.
Es increíble lo agradecidos que son con el mero hecho de haber compartido una ginkana, un maratón, o una visita al medico o cualquier otra cosa.
Cuando acabo el maratón y la ginkana en todos los voluntarios se podía percibir una cara de satisfacción, de haber hecho un gran trabajo de haber compartido tanto amor con ellos, cada uno con su grupo, o su casa, otros en cada unas de las pruebas, pero ninguno quedo impasible ante tanta emoción, ninguno de nosotros volverá a ser el mismo después de aquel día.

Un abrazo a todos.

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